Con el panorama económico mundial lleno de incertidumbres y los mercados financieros experimentando rápidas transformaciones, es esencial que los inversores eviten caer en la trampa de confiar únicamente en la rentabilidad pasada de los fondos de inversión. Este enfoque retrospectivo, aunque comprensiblemente humano, ignora el dinamismo de los mercados que ahora, más que nunca, se ven influenciados por el riesgo macroeconómico. Factores como los cambios en las tasas de interés, la inflación y la geopolítica han transformado las reglas del juego, haciendo que las estrategias de inversión que funcionaron en el pasado puedan no ser tan efectivas en el futuro.
Este riesgo macro, definido por elementos que afectan a la economía global como los tipos de interés, la inflación y los precios de la energía, entre otros, juega un papel crucial en los rendimientos actuales y futuros de los fondos de inversión. Con los bancos centrales ajustando sus políticas y la inflación generando preocupaciones, ahora más que nunca, es vital una comprensión profunda de cómo estos factores macroeconómicos pueden afectar las diferentes clases de activos.
Para navegar este escenario con prudencia, los expertos aconsejan la diversificación real de la cartera, es decir, no solo incluir variedad en los activos sino también en zonas geográficas y tipos de economía, y entender profundamente los fundamentos de las inversiones elegidas. Esto involucra reconocer cómo el fondo se comporta frente a variaciones en los tipos de interés o en periodos de alta inflación, y ajustar las expectativas de rentabilidad a un rango más realista y sostenible en el tiempo.
Además, en este contexto volátil, es importante recordar que no siempre existe un «activo ganador». A veces, la mejor estrategia puede ser la conservación del capital, optando por ganancias modestas pero seguras, en lugar de perseguir rentabilidades elevadas con riesgos que podrían no tolerarse bien en momentos de turbulencia en el mercado. Este enfoque a largo plazo, que prioriza el análisis del entorno macroeconómico sobre la rentabilidad histórica, es esencial para proteger las inversiones frente a los impredecibles desafíos futuros.
