Es posible que muchas empresas abusen del recurso de externalizar parte de las tareas que les son propias o que se realice un mal uso de ello ya sea porque se pretenden fines perversos o porque se pone en manos incapaces, que también ocurre. Pero el outsourcing ha permitido la superviviencia de muchas entidades, ha permitido mantener o aumentar el trabajo y genera crecimientos interesantes en torno a él. Ya nadie lo discute y, sin embargo, se sigue profundizando al entrar en territorios poco proclives a utilizarlo como las pymes.
Muchas empresas de tamaño modesto descartan pensar en externalizar alguno de sus subsectores o las tareas menos productivas sólo porque se creen demasiado pequeños cuando no debería considerarse sólo este dato. Es posible que incluso no les convenga externalizar determinados apartados pero debe considerarse con frialdad y los pequeños empresarios, incluidos todos los que proliferan en internet bajo la técnica del «garaje», también pueden sopesar que, ante todo, el empresario debe hacer lo que mejor sabe delegando las cuestiones accesorias o sencillamente engorrosas. La idea es que siempre se deben buscar maneras de mejorar la productividad aunque sea a base de gastarse algo de dinero porque el retorno está asegurado.
Quizá también existe un problema de consideración empresarial respecto a la externalización en algunos sectores concretos. Por ejemplo, no se contempla igual al contable que al responsable de marketing siendo ambas cuestiones importantes. Entraremos en este terreno con más profundidad otro día.
Enlace: diariopymes.