Los trabajadores que buscan optimizar sus ahorros para la jubilación se encuentran ante una tendencia creciente hacia los planes de pensiones de empleo, los cuales han comenzado a destacarse respecto a los tradicionales planes de pensiones individuales. La razón detrás de este auge radica en las ventajas significativas que los primeros ofrecen, como menores comisiones, mayores beneficios fiscales, y la posibilidad de acumular un mayor capital a lo largo del tiempo.
Un plan de pensiones de empleo es aquel impulsado por empresas, convenios colectivos o asociaciones, a diferencia de los planes individuales que se contratan personalmente con entidades bancarias. La reforma de 2022 introdujo los planes de pensiones de empleo simplificados (PPES), facilitando la inclusión de PYMEs y autónomos, con un límite de aportación y deducción fiscal superior al de los planes individuales. Esto, sumado a incentivos fiscales para las empresas que los implementan, ha impulsado una mayor adopción de estos planes.
Las ventajas que estos planes de pensiones de empleo presentan son variadas, entre las que se destacan mayores ventajas fiscales, comisiones más bajas gracias a su naturaleza colectiva, aportaciones compartidas entre empleador y empleado, y un mayor control y transparencia gracias a la existencia de comisiones de vigilancia. Todo ello sin dejar de lado el hecho de que los autónomos y las PYMEs ahora también pueden beneficiarse de este tipo de planes gracias a los PPES.
A pesar de estos beneficios, aún no todas las empresas ofrecen planes de pensiones de empleo a sus trabajadores. Sin embargo, el creciente interés y adopción por parte de sectores diversos indica un cambio positivo hacia una mayor inclusión. Para quienes tienen la oportunidad de acceder a un plan de pensiones de empleo, es recomendable una evaluación detallada para aprovechar al máximo sus ventajas, ya que esto podría representar una diferencia sustancial en los ahorros acumulados para la jubilación.