El Euríbor, un indicador fundamental para quienes tienen hipotecas de tipo variable, ha experimentado una tendencia al alza a lo largo de 2024, manteniendo en vilo a los hipotecados por el impacto directo en las cuotas mensuales. En septiembre de 2024, el Euríbor a 12 meses se estabilizó en torno al 4,15%, marcando un aumento significativo en comparación con el año anterior, bajo la influencia de las políticas monetarias adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE) para combatir la inflación.
No obstante, las proyecciones para el último trimestre del año sugieren una posible moderación en esta tendencia, con estimaciones que apuntan a un cierre del Euríbor alrededor del 3,6% o incluso por debajo. Esta potencial desaceleración responde a una moderación en las políticas de subida de tipos de interés por parte del BCE, en un esfuerzo por mantener la inflación bajo control.
De cara a los próximos meses, se anticipa que el incremento del Euríbor se frene, pudiendo estabilizarse entre el 3,5% y el 3,7% para diciembre. Este descenso representaría un alivio para los titulares de hipotecas a tipo variable, cuyas revisiones de cuotas a corto plazo podrían reflejar una disminución respecto al año pasado. Sin embargo, se recalca la importancia de una adaptación presupuestaria ante cambios graduales, con la posibilidad de que algunos hipotecados contemplen la transición de hipotecas variables a fijas buscando mayor estabilidad a largo plazo, pese a su costo actualmente superior.
