Y ocurrió lo que tenía que ocurrir ante una desbandada de inversores españoles que han prestado oídos a los corífeos que invitaban a mirar hacia otros mercados para encontrar mejor rentabilidad y una liquidez inmediata. Y se han ido aquí al lado, a Alemania. ¿La consecuencia? Las finanzas alemanas se fortalecen y España queda relegada al status de los países periféricos.
El diferencial o spread que califica el riesgo inversor en un país ha llegado, en el caso de España, a un límite que no se conocía desde hacia siete años. La Prima de riesgo para España es de 30 puntos. Lo que es desandar todo lo que se había consolidado desde el 2003, cuando la brecha a ese respecto entre España y Alemania era mínima, y nos coloca en el nivel de economías como la de Portugal y Grecia.
¿Qué es lo que ha hecho que los inversores europeos se vuelquen masivamente hacia Alemania? La mayor liquidez que ofrece la normativa alemana, donde se puede comprar y vender con mayor facilidad y rapidez, un hecho nada menor en una debacle como ls que vivimos.
Es preciso aclarar que la Prima de Riesgo no refleja la situación macoreconómica de un país, sino sólo el riesgo de inversión, y los analistas aseguran que una vez tranquilizadas las pulsiones del mercado, el spread será más acorde a la situación de cada país.
Una prima de riesgo que en el caso de España debería estar en una franja de los 5 a los 10 puntos, como antes del estallido de la crisis.