Generalmente nos ocupamos de la inmediata actualidad comentando noticias que aunque tengan un origen remontable en el tiempo no siempre dan una visión de conjunto histórico. Bien es cierto que la Historia, con mayúscula, se escribe tras varios siglos, pero la pequeña historia de la economía se contempla más a corto plazo.
Resulta saluble, por tanto, leer opiniones sobre lo que se dijo y lo que se hizo, sobre las convicciones y las actuaciones reales o realistas llevadas a cabo. Quizá el gurú más importante de la economía en los últimos años haya sido Alan Greenspan durante su larga y, por qué no reconocerlo, fructífera etapa al frente de la Reserva Federal de los Estados Unidos. No se trata de criticar el buen hacer de este exgobernador sino cómo se coteja éste con sus propias ideas, cómo la realidad y las necesidades atemperan los comportamientos y los alejan del fundamentalismo.
Un artículo de Joaquín Estefanía nos lleva a recordar cómo diez años después la solución a la quiebra provocada por unos irresponsables viene otra vez de la mano de las autoridades monetarias, en definitiva del ciudadano, y no desde el puro y duro mercado libremercantilista que tantas fortunas depara a unos pocos y tantos peligros propaga para cualquiera.
Qué difícil se resiste el paso del tiempo cuando se habla y piensa de una manera pero se actúa de otra.