Reflexionan en el blog de eTc sobre los anuncios que se emiten justo antes y después de las campanadas de fin de año y se preguntan sobre su efectividad calificándola de escasa más allá del simple hecho de ser los primeros o últimos y el prestigio, ligado a la vanidad, que puede desprenderse de unos gastos abultados.
Entiendo que desencadenar acciones que potencien la marca siempre es positivo, en función del análisis coste-beneficio, y por lo tanto podrían estar justificados hasta cierto punto. Pero me gustaría preguntarme sobre el mecanismo en la toma de decisiones de este tipo y si no se gastarán fondos sólo para cerrar el ejercicio con los presupuestos cuadrados. En otras palabras, si hay que gastarse ese dinero de una u otra forma para evitar recortes el año siguiente que castiguen el ahorro en lugar de premiarlo. A esta pregunta deben responder los directivos y encargados de publicidad y márketing así como quienes deben evaluar su eficacia más allá de las cuentas.
Qué duda cabe, además, que los creativos son el final de la cadena y que llegan con las decisiones tomadas y con un encargo que cumplir pero me gustaría saber si alguno se plantea aconsejar a su cliente en otro sentido o si el pastel es demasiado jugoso. A menudo las máquinas chirrían y nadie le pone el cascabel al gato.
Vía: eTc.