En las empresas podemos encontrar muchos tipos de técnicas para involucrar a varias personas en la toma de decisiones de la empresa. Esto se hace porque se considera que la persona que trabaja en el puesto de menor importancia también puede aportar valor a la empresa y puede dar con la solución a un problema simplemente porque lo ve desde otro punto de vista.
De las técnicas que existen para la toma de decisiones una que se utiliza mucho (aparte de para muchas otras aplicaciones) es la tormenta de ideas (o brainstorming). El objetivo es lograr que, a través de las ideas individuales, se llegue a una idea colectiva ideada por todos los que forman parte de la empresa.
Las fases de esta técnica son dos: generar ideas, cuantas más mejor; y descartar ideas. La primera fase es para proponer cuantas ideas se nos ocurran en base a un problema que podemos tener. Aquí no hay ideas equivocadas, es decir, no se piensa si están bien o no, sólo se proponen.
En la segunda fase es cuando se analiza cada una de las soluciones y se ve si son viables o no. Uno puede estar seguro de su idea y puede ser viable pero, ¿y si se enfoca desde otro lado? Quizás entonces se puedan conocer los puntos débiles de esa idea. De eso se trata la tormenta de ideas.
Es una técnica que ayuda mucho tanto en la resolución de conflictos como en la motivación de los trabajadores, la puesta en común, etc. Sin embargo, también tiene inconvenientes como el hecho de que se hace con un grupo reducido, ya que, si fuera muy grande, no se podría abarcar.
