La gran ventaja que tienen por encima de nosotros los grandes economistas es que siempre pueden aducir, como los astrólogos, que «el momento cambió«. Lea usted su horóscopo y descubra que su día no ha tenido nada que ver con lo predicho: «Bueno, es que el momento cambio». Lea sobre las medidas económicas a instaurarse en este diciembre y descubra que son diametralmente opuestas a las que se defendían hace seis meses. ¿Espera una explicación razonable al hecho de que ahora sea tan vital bajar las tasas como lo era mantener el costo del dinero alto hace unos meses? «Bueno, es que el momento cambió».
Ya no especula si habrá o no una bajada de los tipos a cargo del BCE y su mandamás Trichet, sino cuándo y cuánto. La fecha más probable: el jueves próximo. El monto más probable: medio punto, lo que dejaría de 3,25% a 2,75% el costo del dinero. Sin embargo, a la par de los rumores de una muy probable tasa 0% en los Estados Unidos, los analistas hablan ya de un descenso del 0,75%, y un precio del dinero del 2,50% o menos.
Ante la reticencia de los bancos a prestarse dinero y un descenso «espectacular» de la inflación (razón por la que Trichet se negó a bajar los tipos en Julio, cuando todo la UE se lo pedía para evitar… el congelamiento del crédito) el BCE está dispuesto a bailar el son que le toquen. Sin embargo, antes de soltar las campanas hay que recordar dos cosas:
1. La inflación bajó como una consecuencia del parón del consumo.
2. La bajada de los tipos de interés tendrá efectos sobre la economía real en seis meses… Es decir: nos es necesario un crédito barato ahora (ante el aumento del desempleo y el cierre de los grifos financieros), y por ello debió tomarse como medida hace seis meses…
Y, bueno: «Es que el momento cambió».