Hay cierta reflexión en torno a la creación de un banco público bajo la premisa de que quizá va haciendo falta. Lo curioso del caso es que los empresarios quisieran beneficiarse pero les suena mal eso de «público» como si fuera un estigma pecaminoso. Incluso hay una encuesta de los vecinos de el blog salmón que salió favorable a la creación de una banca pública. También hay quien cree que ese papel ya lo desarrollan las cajas de ahorros ante lo que debe aclararse que estas entidades no tienen dueño público ni su gestión directa se rige por criterios de empresa pública.
A menudo las confusiones provienen de no hacerse las preguntas adecuadas. ¿Está cumpliendo la banca tradicional, y monopolística, con su papel? ¿Son imprescindibles los bancos y cajas cuando el crédito sale del ICO que asume los riesgos e intereses mientras las entidades valoran el riesgo a su conveniencia?
A estas alturas, en el que la enorme mayoría de los ciudadanos piensa que tiene dificultades para acceder al crédito, la existencia de una banca pública no es baladí dado que el sector no está cumpliendo con su labor que es la de servir de vehículo para canalizar el dinero. Puesto que es una actividad con enormes barreras a la entrada y que no tienen una efectiva competencia, la creación temporal o no del ICO en entidad de cobro y pago, incluidas las deudas públicas locales, no sería mala solución.
Y sino, ¿quién nos dará el crédito?
Foto | mr conguito