Se acerca un tiempo mágico en el calendario para cualquier trabajador de una empresas: la fiestas de Navidad suponen un punto de inflexión en la jornada laboral puesto que muchos afortunados pueden disfrutar durante unos días de la familia para festejar las fechas típicas del mes de diciembre y del mes de enero.
En este sentido, existe una costumbre frecuente en cualquier empresa: la importancia de la celebración de las cenas de Navidad. La Navidad hace acto de presnecia incluso en un ambiente tan competitivo como el de la empresa donde en general reina la competitividad y la rivalidad. La Navidad concede una tregua al corazón humano que se llena de buenos deseos y de compañerismo con los colegas de la oficina.
Las cenas de Navidad son una forma de fortalecer los vínculos con los demás compañeros de trabajo, es decir, es una forma de conocer mejor a aquellos con los que compartimos el tiempo de la jornada laboral, pero eso sí, lo interesante es que podemos relacionarnos en un contexto diferente más relajado y distendido.
Sin duda, una cena permite hablar de otros temas diferentes a los habituales de la joranda laboral. Por supuesto, los trabajadores deben implicarse a la hora de ir a la cena puesto que crear un ambiente de equipo requiere del trabajo por parte de todos.
Imagen: Fotografía Digital