Así, es, eso es lo que se desprende del Segundo Informe sobre Formación Continua Bonificada en España, de Garben. Según este informe, el 85% de las pequeñas empresas no utiliza la formación bonificada.
Las empresas y trabajadores pagan normalmente al Estado más de 3000 millones de euros (a través de las cotizaciones obligatorias que todos han de hacer a la Seguridad Social) para financiar la formación continua de los empleados; sin embargo, no la utilizan y, visto así, es un dinero que ellos pierden pudiendo usarlo para formarse, reciclarse o ampliar horizontes.
En cuanto a las empresas medianas, solo el 58% de las mismas los utilizan.
La formación continua a menudo suele ser incluso más fácil que otro tipo de formación porque los cursos son más cortos y prácticos, se centran más en la práctica que en la teoría y tratan de aplicar esos conocimientos a cada uno de los alumnos viendo más situaciones reales en distintos trabajos y el uso que podría tener lo que se aprende de nuevas.