Un trabajador de prácticas en la empresa

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Quizás nunca hayas trabajado de prácticas en una empresa (ya sea pública o privada) o quizás si lo has hecho y te sientas identificado o identificada con lo que quiero contarte hoy. Sea un caso un otro, por cercanía o por vivirlo en primera persona quizás estés de acuerdo con algunas de las afirmaciones que te voy a dar.

La primera es una muy sencilla, para los empresarios y trabajadores una persona de prácticas es «el tío o tía a la que le puedes dar todo tu trabajo». Y es que es así, parece que suelen acumular el trabajo para, cuando llegan las personas de prácticas, se dediquen a sacar los atrasos.

Un ejemplo, una empresa donde gestionan contratos. Una acumulación de más de una semana, una ventana entera de atraso (digamos que las carpetas tapaban la mitad de la ventana). ¿Qué hicieron? Dejar que la persona de prácticas se encargara de ellas, de hecho el propio empresario lo dijo: Cuando el atraso se elimine pasarás a otra sección. El problema es que el atraso no se resuelve en uno o dos días y provoca que ese trabajador, que ha entrado en la empresa a aprender en todas las secciones, se vea relegado a hacer un trabajo por el cual ha recibido una formación de 20 minutos, para, después, pasarse dos o tres semanas enfrascado en algo que debieron hacer otros.

Otro de las afirmaciones que podemos dar es: «El de prácticas tiene la culpa». Porque sí, porque es más fácil echarle la culpa a la persona de prácticas, que a lo mejor no ha hecho nada, que cargar con la culpa uno mismo. Y es que muchas veces un trabajador de prácticas carga con la culpa de una mala actuación o validación de datos.

Por último, diremos: «El de prácticas no está quemado». No, no está quemado pero sale quemado. No se aprende a trabajar, se aprende a cómo escapar del trabajo, porque es llegar y trabajar desde primera a última hora, aprender al vuelo antes de tener que ocuparte del trabajo y ver cómo los demás charlan mientras uno está lleno de trabajo. Si, se aprende a trabajar, a organizarse y a esperar con paciencia tener un trabajo para, cuando llegue el de practicar, poder descansar.

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