A la hora de invertir en fondos cotizados o ETF, la liquidez se presenta como un factor crucial, a veces incluso más importante que la rentabilidad esperada. Esta capacidad para comprar o vender participaciones con facilidad, sin incurrir en costos elevados o enfrentar cambios significativos en el precio, es esencial para los inversores. La teoría de obtener un determinado porcentaje de rendimiento anual se pone a prueba en el momento de la venta, donde los conceptos de cuándo y cómo realizarla se vuelven prioritarios sobre las expectativas de rentabilidad.
Considerar la liquidez es pensar en el futuro de la inversión, en cómo se puede pasar a otro activo o liquidar la posición sin problemas. Un ETF puede tener un rendimiento anual favorable, pero si la liquidez es baja, el inversor podría encontrarse con dificultades al vender, como esperas prolongadas o costos adicionales significativos, lo que desluciría cualquier rendimiento previo.
La liquidez de un ETF se analiza usualmente a través del volumen diario de negociación y la cercanía entre el precio de oferta/demanda y el valor intrínseco del fondo. Sin embargo, la liquidez involucra dos aspectos principales: el mercado secundario, que es donde el inversor opera, y el mercado primario, que afecta la creación o canje de participaciones. La facilidad con que el fondo pueda emitir o reembolsar participaciones juega un papel crucial en su liquidez efectiva. Esto implica que, para los inversores en España, un ETF con bajo volumen de negociación aún puede ser líquido si su cesta de activos subyacentes es muy negociada.
Priorizar la liquidez sobre la rentabilidad puede ser la mejor estrategia, especialmente cuando enfrentamos mercados volátiles o situaciones impredecibles. Un ETF con una rentabilidad moderada pero alta liquidez permite una mayor flexibilidad, facilitando el ajuste de la cartera o la salida en momentos críticos sin incurrir en penalizaciones. Es vital revisar la liquidez, los spreads recientes, y la eficiencia en el mecanismo de creación/reembolso del fondo antes de realizar una inversión significativa.
En conclusión, en el ámbito de los fondos cotizados, la liquidez actúa como la esencial puerta de salida, crucial en tiempos de necesidad. Equilibrar rentabilidad y liquidez es primordial para asegurar que la inversión sea accesible, flexible y libre de sorpresas indeseadas, permitiendo al inversor no solo ganar en los momentos de alza sino también poder salir adecuadamente cuando las circunstancias lo requieren.