El cierre de 2025 está dejando un panorama notablemente diferente al observado hace apenas unos meses en el ámbito financiero. A lo largo del año, el sector tecnológico dominó ampliamente las conversaciones, las inversiones y los titulares, pero un cambio significativo ha surgido en el último tramo del año. Una rotación sectorial ha cobrado protagonismo, marcando un punto de inflexión en la orientación de las inversiones, desplazándose de los grandes ETFs tecnológicos hacia ETFs de small caps y de estilo value. Este movimiento no es casual, sino que responde a una evolución del entorno económico que ha sido gradual y sutil.
Los inversores están comenzando a redistribuir sus inversiones hacia fondos cotizados de empresas de menor capitalización y de estilo value, en busca de nuevas oportunidades. Este cambio refleja una estrategia preventiva frente a las valoraciones elevadas en el sector tecnológico y se fundamenta en un análisis anticipado del mercado. La moderación en las expectativas de los tipos de interés para 2026 y un crecimiento económico que no ha flaqueado tanto como se temía ofrecen un escenario menos negativo y más propicio para las small caps.
El interés en los ETFs de small caps estadounidenses y los ETFs value tanto en Estados Unidos como en Europa ha crecido conforme nos acercamos al final del año. Sectores como los bancos, industriales, energía y consumo básico, que habían quedado relegados, están ahora cobrando relevancia. Esta rotación no implica una huida del sector tecnológico sino una diversificación más amplia del capital. Los ETFs que están captando flujos en esta transición destacan por su diversificación sectorial, enfoque value y costes bajos, características valoradas por los gestores para enfrentar el año 2026 con carteras más equilibradas.
Este ajuste en las preferencias inversionistas recalca la importancia de comprender el contexto económico y sectorial más que reaccionar a tendencias pasajeras. La incorporación de small caps o enfoques value a carteras dominadas por tecnología no se rige por la moda, sino por la búsqueda de un equilibrio y una estrategia a largo plazo. El cierre de este año parece ofrecer una dirección clara hacia la diversificación y el análisis consciente de oportunidades de inversión.









