La campaña de Navidad, tradicionalmente un periodo de auge para la contratación temporal, está mostrando signos de debilidad este año, según los últimos datos y percepciones del mercado laboral. A una semana de Nochebuena, se observa que el empleo navideño no está alcanzando las expectativas habituales, marcando una diferencia notable respecto a años anteriores.
No se trata de un colapso, sino más bien de un enfriamiento en el ritmo de las contrataciones temporales. Las empresas están siendo más cautelosas en la gestión de sus plantillas, y muchos trabajadores que anteriormente encontraban empleo fácilmente en diciembre, hoy continúan en búsqueda activa. Este cambio se da en un contexto económico desafiante, lo que añade peso a la situación.
Se destaca que la Navidad sigue siendo fundamental para sectores como el comercio, la hostelería o la logística, pero su capacidad para impulsar el empleo se ha visto reducida. Las contrataciones se han adelantado menos este año, y hay una tendencia a trabajar con plantillas más ajustadas, gracias en parte a la digitalización y a la adopción de turnos más flexibles. Además, el tipo de contrato está cambiando: hay menos contratos de muy corta duración y más ajustes internos, lo que refleja una preferencia por ampliar horas a los empleados ya existentes en lugar de hacer nuevas contrataciones.
Este escenario tiene un impacto directo en la tasa de desempleo y en la disponibilidad de oportunidades para los trabajadores, especialmente para jóvenes y aquellos con menos experiencia. No obstante, la situación no es del todo negativa, ya que aún hay sectores que continúan contratando, aunque de forma más selectiva. Se aconseja a los buscadores de empleo estar atentos a sustituciones de última hora y no descartar contratos parciales. La realidad es que el empleo navideño de este año llega más débil de lo esperado, lo que sugiere un cambio en la respuesta del mercado laboral a los estímulos estacionales tradicionales.
