Una adecuada política de gestión de clientes también produce beneficios sin necesidad de realizar alardes de ningún tipo. Y considero que no es demasiado importante la estructura y tamaño de quien realiza el servicio o proporciona el bien. Lo que importa es el cliente. Vaya bobada acabo de decir pero que debería tenerse muy en cuenta. Cada cliente debe ser considerado individualmente, con sus propios problemas y virtudes, con la satisfacción de sus necesidades en el horizonte. Qué bonito.
Dejemos el tono rosaceo y pisemos la tierra. Lo dicho anteriormente es verdad y en cosas tan nímias debemos pensar quienes trabajamos directamente hacia el cliente. Porque si casi un tercio de empresas prevé perder al menos un 10% de sus clientes durante el año entonces es necesario hacer un buen análisis previo para corregir situaciones sabiendo, además, que mantener a un cliente sale cinco veces más barato que captar uno nuevo.
Cierto es que vivimos en un entorno muy competitivo y fragmentario en casi todos los sectores por lo que la lucha es permanente pero en los negocios y las inversiones, como en la selva, sólo sobrevivien los mejores y éstos son los que tienen en cuenta que no es el precio lo determinante sino el servicio y su calidad. Avisados quedamos.
Otra cosita más. Tampoco conviene obsesionarse con mantener a todos los clientes porque hay algunos que no merecen la pena ya que dan más trabajo, preocupaciones e insatisfacción que beneficio, incluido el económico. Avisados quedan.
Vía: Terra.