Riesgo crediticio, toda ayuda es poca

ia.jpgLa vida de un economista es dura porque nos dedicamos en gran medida a elaborar modelos a priori con demasiadas excepciones y variables imprecisas. Después, una vez visto el resultado de dicho modelo gastamos el tiempo en buscar explicaciones coyunturales a lo que parece un fracaso pero no lo es porque también podría haber funcionado.

Las matemáticas siempre han supuesto un auxilio de primer orden, ya fuera a través de la estadística o de la econometría, para realizar cada vez mejores modelos en busca de las más ajustadas previsiones. Anticiparse a los acontecimientos y no tener que explicarlos a posteriori es quizá el gran reto inconcluso de los estudios económicos en todas sus vertientes.

Por todo ello me alegra la noticia de que una empresa utiliza la inteligencia artificial para predecir el riesgo crediticio mejorando los resultados de los modelos tradicionales más basados en cuestiones estadísticas. Pero también me queda un poso de intranquilidad ya que, por el medio, están los proyectos de personas concretas que quizá puedan ser maltratadas por los algoritmos matemáticos. Las luces y las sombras deben ser despejadas por los encargados de llevar a la práctica esta tarea y aunque soy un firme defensor de los avances tecnológicos tampoco creo que deba fiarse todo a los modelos.

Siempre habrá quien vea con alivio a «alguien» inconcreto al que culpar de todo.

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