Evidentemente tendríamos que hacer abstracción del objeto concreto al que se dedica el protagonista, personaje basado en la vida real del traficante Frank Lucas (interpretado por Denzel Washington), pero toda la película, aparte de contar muy bien una historia interesante, constituye una auténtica lección de cómo llevar a cabo una empresa. No quisiera destriparle a nadie detalles del film por lo que si aún no las habéis visto, cosa que recomiendo, dejad de leer pero eso sí volved otro día.
Me cuesta centrar alguno de los muchos momentos de puro negocio que tiene esta obra porque me parece realmente integral desde cómo Frank se hace su propio espacio junto a la eliminación (violenta) de la competencia, la inteligente estrategia de aprovisionamientos sobrepasando a los intermediarios, la propia formación de un equipo fiel a base de su familia más cercana, la atención que presta a que se cuide su «marca», la cesión a terceros de «su producto» cuando puede existir conflicto convirtiendo, de paso, en subsidiarios dependientes a quienes partían de una situación inicial de ventaja… Y no me extiendo más porque debería diseccionar la película desde el minuto uno hasta el juego negociador final cuando la polícia y la justicia le tienen atrapado. En este momento también es magistral la intervención del otro protagonista interpretado por Russell Crowe.
No sólo me he divertido y entretenido sino que me ha servido para aprender y reflexionar, acciones que me gustaría compartir con vosotros. Casi nada en los tiempos que corren. No me resisto a poner el trailer para España de este film.
Nuestro blog de cine: Soy crítico.