El índice adelantado de precios prevé una subida de 2 décimas para el próximo IPC lo que constituye una mala noticia sin duda y que sumada al estancamiento económico ya nos vislumbra el temido fantasma de la estanflación, el peor escenario posible. ¿Cómo es que aunque bajen las variables económicas que suelen elevar los precios éstos sigan creciendo?. Dicho de otro modo, ya que la demanda no está tirando de la inflación debe haber algún otro elemento que sí lo haga y que además lo está haciendo de manera persistente en el tiempo.
Retomemos el pasado inmediato para entenderlo. Los prinicipales ingredientes de la inflación están siendo el petróleo y las materias primas alimenticias, sectores a los que está llegando el dinero de los fondos de inversión que han huido de la vivienda y la construcción como de la peste. Más allá de que haya más demanda de productos básicos desde las economías emergentes se está produciendo un efecto especulativo sobre estos bienes una vez demostrada la crisis del sector absorbente de inversiones en los últimos años.
¿Cómo remediarlo?. A corto sólo se puede esperar a que las valoraciones de los futuros se estabilicen y bajen, a largo plazo esperemos que haya otras inversiones alternativas que permitan un menor acaparamiento de estos bienes imprescindibles para las economías. Y mientras tanto tocará sufrir el contagio hacia los precios industriales y manufacturados.
Hay una certeza y es que se tiende al equilibrio pero ¿cuándo?.
Enlace: El País.