Desciende la presión fiscal

aeat1.jpegLa paralización de la actividad económica trae consigo consecuencias lógicas como es que haya caído la presión fiscal medida en términos de recaudación impositiva por parte de las administraciones. Parece bueno pero no lo es.

Todos los datos acumulados durante los últimos meses apuntan a que resultará irremediable un recorte de los gastos ya que los ingresos van cuesta abajo. Pero, ¿qué gastos?. No es lo mismo reducir la factura de la luz que la cuenta del supermercado, por hacer una comparativa cutre con la economía familiar.

El compromiso del Presidente del Gobierno es que no habrá recortes en los gastos sociales y me parece bien. Cada crisis recae en las capas menos potentes de la sociedad, cambiar este designio no es fácil pero es posible al tiempo que se ponen unas «líneas rojas» que hacen más meritorio el trabajo. Lo fácil sería congelar sueldos de los funcionarios, pensiones y prestaciones. Siempre se puede recurrir a ello pero antes hagamos lo que debemos.

Dentro de la marisma de pesimismo hay buenos indicadores, animémonos, como que está descendiendo la deuda de las familias y que el ahorro cobra protagonismo. Si también se mantienen los beneficios sociales y se disminuye el gasto corriente (que hay mucho y muy improductivo) también estaremos dando pasos adelante.

Enlace: Público.

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