Todos sabemos lo difícil que es llevar adelante un negocio y sobretodo conseguir mercados cuando no tenemos ni la infraestructura ni el apoyo necesario.
Sin embargo siempre es bueno conocer historias como la de Carlos Cesteros, un joven emprendedor lucense de tan sólo 20 años, que ha vendido móviles a Oriente Medio.
Los móviles inteligentes han sido diseñados por la empresa de la que es socio, Klasse Mobile.
Cesteros cursa primer ciclo de Administración y Dirección de Empresas, ADE, en el campus lucense y decidió presentar un proyecto al director de márketing de la empresa de telecomunicaciones Ono en Castilla-León. “Al principio fue duro. Le presentamos nuestro ‘business plan’, una sociedad eje denominada ‘ae swiss corp’ dedicada a la electrónica de consumo, y después nos animamos a lanzar nuestros propios desarrollos de telefonía móvil a través de Klasse Mobile. Ya hemos enviado como ‘testing’ varios lotes de terminales a empresas de ‘brokers’ que trabajan en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, CNMV, en Madrid, y otros a Oriente Medio”
Sus teléfonos móviles ofrecen lo mismo que una oficina, pero en tan sólo cien gramos de peso. Entre sus características se encuentran una gran capacidad de almacenamiento, aportan una gran conectividad, GPS y cámara fotográfica de 3,2 megapíxeles.
Los planes para el futuro son importantes. El emprendedor y sus dos socios planean aplicar una tecnología de sonido de alta fidelidad a sus terminales, así como vender sus desarrollos a otros fabricantes.
En cuanto a las ganancias el emprendedor sabe que a veces para triunfar hay que ceder cierto terreno. “Intentamos ofrecer productos de última generación a menor precio. Los móviles que enviamos a Madrid y a Oriente Medio los vendimos a mitad de precio que la competencia”, explica.
La empresa Klasse Mobile no ha cumplido aún el año y ya ha superado las expectativas iniciales de sus promotores. Para fin de año tienen pensado presentar 8 modelos diferentes de móviles.
Sin duda un ejemplo que alienta a los demás a continuar y que demuestra que con inventiva todo es posible.
Vía: El Progreso
