1. El sistema ha quedado desnudo
¿En qué invirtió 700.000 millones de dólares Lehamn Brothers? ¿Cómo pudo pensar que los bonos hipotecarios y otros activos de alto riesgo valían el riesgo? El mayor desastre financiero de Estados Unidos nos permitirá analizar cómo piensan los grandes economistas y, sobre todo, cómo se equivocan.
2. Llegan nuevos protagonistas
McCain dijo alguna vez que sí Greenspan moría, habría que disecarlo, y cierta razón no le faltaba: el retiro del otrora economista estrella ha demolido el sistema financiero que inventó, y ha demostrado sus falencias. Ni Paulson (Secretario del Tesoro) ni Geither (jefe de la Fed neoyorquina), ni nadie en los puestos de poder económico de los EE UU parecen saber lo que hacen fuera de recomendar lo opuesto a lo que siempre nos vendieron (la pasividad gubernamental ante el quehacer de los inversores a pasado al ¡rescátame, Tio Sam!). El resultado sólo puede ser otra manera de hacer las cosas, con nuevos protagonista y sistemas de control.
3. La información se difunde
Con el advenimiento de la crisis y su contagio, el 40% de los españoles reconoce que busca información sobre la economía local y mundial para saber a qué atenerse. Aprendemos por las duras, pero la información nunca está de más, y fortalecerá nuestra toma de desiciones. También nos ayudará a desenmascarar a esos gurús que le dicen a gobiernos y bancos qué hacer con nuestro dinero.
Fuente | Clarin