Las voces en favor y en contra del refugio tradicional de la inversión se han dejado escuchar desde el principio de la crisis que en agosto próximo cumplirá su primer año, y aunque el arranque del 2009 había parecido dar la razón a los que creían que la época del oro había quedado atrás (con sensibles bajas en su precio internacional que lo ubicaron por debajo de los 1.000 dolares por onza), los requiebros del plan de rescate de Barack Obama dan nuevo aliento al metal dorado, y algunos analistas hablan de subas impresionantes que podrían llegar a duplicar su precio hacia julio.
La debilidad del dólar
La fortaleza del oro esta directamente relacionada con la debilidad del mercado de las divisas. Para muchos expertos, las inyecciones de liquidez de la FED en la economía norteamericana, debilitarán nuevamente al dólar. No hay visos de que el rescate financiero haya llegado a su fin.
La demanda y los precios
Otro factor en juego es el aumento de la demanda. No existen ahora mismo visos de un sector o de una burbuja emergente (esas zonas donde se hace dinero rápidamente y sin consecuencias para el inversor): el crudo está por los suelos, el auge de las commidities se desinfló, la banca está en la lona… Sólo el oro, con el aumento de la demanda mundial, tiene expectativas de aumentar sus precios en márgenes rentables. Además, la producción de oro a nivel mundial ha bajado en un 4%.
Las nulas tasas de interés
Ante un mercado de tasas 0 y de incertidumbre en los precios, el oro replica una situación de hace 30 años, cuando en un contexto similar logró una extraordinaria sobrevalorización. Si bien los precios del oro se ven afectados con las olas de optimismo que de cuando en cuando toman a los Parquets, esas bajadas nunca están por encima de los beneficios que produce: la última devaluación de oro fue del 1,6%, pero su precio desde enero ha subido en un 16%. Incluso los analistas más pesimistas, que consideran que hacia finales de este año el aumento del precio del oro se frenará con una recuperación de la confianza en la Bolsa y la banca, incluso ellos creen que el oro no descenderá por debajo de su valor actual.