Si Merkel fuese española sabría qué significa «que te la metan doblada» y supongo que ya sabéis que no tiene que ver con nada raro. Es lo que le ha pasado a la jefa alemana en el asunto de Opel y General Motors. Tras prometer todo lo prometible y quizá alguna cosa más inconfesable, y tanto es nada raro, a los alemanes les han tangado cuando todo estaba hecho con Magna.
Lo que no acabo de entender es cómo un gobierno serio negocia con alguien que no es dueño del objeto a negociar. Puesto que GM puede echarse a atrás es porque Magna no tenía ni una acción de Opel. Intenta tú lo mismo y puede que acabes en la trena. Ni que decir tiene que si le pasa al gobierno español estaríamos echando espumarajos por la boca y con razón. Por tolilis.
Por otra parte, parece ser que este desaguisado estilo germánico le va a venir bien a las plantas españolas, la principal y subsidiarias, ya que los americanos consideran más a Figueruelas que los canadienses. Y, más allá, se rumorea que la intención de los muy liberales de más allá del Rin habían pactado que Magna hiciera gravitar la industria del automóvil al Este de Europa, con lo que el Sur se hubiera quedado sin nada.
O, para seguir con el tono de este artículo, nos hubieramos quedado comiéndonos los mocos.
Foto | quox