En estos dos años y medio en que la crisis se ha sentado en nuestras mesas (y en muchos casos, sobre nuestros hombros) mucho se ha hablado sobre la necesidad de «una nueva economía». Algunos albergamos la esperanza de que esa voluntad generase un cambio real: nuevas leyes laborales, nuevas estrategias de impulso para autónomos y Pymes, nuevas regulaciones sobre las prácticas inmobiliarias y bancarias…
Y entonces la Ley de Economía Sustentable surge como una red para atrapar «piratas», cercar al top manta y ofrecer líneas de crédito. Nada que no se hubiera hecho antes, y nada que cambie las cosas desde la raíz, que es en donde están podridas.
Por ello nos ha gustado la premisa de Empresas con conciencia de Carmen Parra.
Carmen Parra (doctora y profesora de Derecho Internacional de la Universtitat Abat Oliba y presidente del Observatorio de Economía Solidaria) presenta con su libro Empresas con conciencia (Viceversa Editorial) una de esas propuestas de cambios desde la raíz que tanto necesita esta vapuleada economía española: «Insertar la economía solidaria en el ámbito laboral para construir una sociedad más justa».
Empresas solidarias que, sin restar peso a la productividad, ponen el acento en evitar las prácticas más habituales del mundo patronal actual: desde los contratos por horas hasta el moving y la exclusión sociolaboral.