Expectativas a la baja, fusiones y un aumento de la morosidad. Lo que queda del 2011 no va a ser un año fácil para la banca, a decir del gobernador del Banco de España.
Para la banca en su conjunto, la actividad va a empeorarse y reducir, y se vendrá acompañada de una fuerte morosidad, lo que, sin duda, va a provocar fuertes restricciones en su liquidez.
La semana próxima los bancos van a presentar su estado de cuenta al BdeE, iniciando con Banesto, que se rumora tendrá buenos resultados, algo que no va a ser la tendencia dominante.
El incremento de las tasas interbancarias añade presión al negocio bancaria: la subida del Euribor encarece hipotecas y créditos, obliga a los clientes al ahorro y la cautela, disminuye el consumo, la solicitud de créditos, el uso de tarjetas… Todo un parón del negocio.
Las nuevas cifras del paro, por otra parte, que enfilan ya hacia los 4 millones y medio de españoles, también suponen un foco de alerta: los hogares dañados por la falta de empleo van a nutrir las cifras de la morosidad bancaria.