A vueltas con la energía nuclear

centralnuclear.jpgDesconozco si al final habrá una crisis como dios manda y algunos parecen desear para que se confirmen sus negros augurios, con sus interminables colas ante el INEM y las empresas cayendo como moscas. Es posible que también se produzcan novedades en cuanto a los hábitos y las actividades, lo que los economistas llamamos cambio de modelo, basado menos en el consumo, el ladrillo y el sector financiero y más en la inversión, el ahorro y las actividades productivas. Similar lección se debió sacar hace 10 años cuando ocurrió la crisis asiática y sin embargo no se aprendió.

Quienes no pierden el tiempo son los llamados grupos de presión o de interés que, mal que bien, siempre aprovechan la marea, suba ésta o baje, para favorecer sus negocios. Al calor del cambio climático y del difícil futuro de la provisión energética se lanzan mensajes inequívocos a favor de la energía nuclear sin el mínimo rigor o debate y, por supuesto, con ausencia de rubor. Para muestra un botón: en La Razón se aboga a favor de este tipo de energía en la sección de medioambiente cuando su lugar lógico debería ser el de la economía, o ambas, y a través del Presidente del Foro Nuclear en España.

De nuevo nos encontramos con mucho follón, con o sin argumentos, pero sin empezar por el principio, es decir, por el modelo energético que queremos y además es posible. Se trata de pensar en los fundamentos y no sólo en las necesidades e intereses. ¿Qué es lo más importante de un mercado o sector?, si tuviera que elegir me inclinaría por la eficiencia sin duda. ¿Es eficiente el modelo actual de generación primaria de energía?. No, incluyendo las nucleares actuales (de 2ª generación en España y de 3ª en Francia, Reino Unido o Finlandia) que apenas llegan al 30%. Tengamos en cuenta además que el combustible que usan las centrales (uranio) es finito y caro de producir. Quizá las centrales de nueva generación, faltas de desarrollo, ayuden a solucionar varios problemas (seguridad, residuos, eficiencia de generación, …) pero nos situaríamos en un futuro que por definición es incierto.

El tipo de creación de unidades de producción basado en centrales (térmicas, nucleares o hidroeléctricas) e instalaciones de gran tamaño y, presunta, gran capacidad se está demostrado que son ineficientes, no favorecen el ahorro energético y conllevan costes medioambientales (incluidos los climáticos) importantes. Una visión más cercana al consumidor, ya se sabe «pensar en global, actuar en local», resolvería algunos de esos problemas pese a que todo bienestar requiere un sacrificio o coste.

El desarrollo económico, bien es cierto, precisa de energía que sea suministrada de forma estable, barata y garantizada pero no necesariamente necesita más energía. No confundamos los conceptos. Antes de reabrir, si es que alguna vez se abrió y cerró, el debate sobre la energía nuclear o cualquier otra manera de generación primero debemos empezar a discutir sobre la propia energía y el modelo que queremos tener.

No se logrará porque, entre otras cosas, la máquina de la confusión ya ha empezado a funcionar.

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