A través de diferentes estrategias podemos conseguir un cierto ahorro en nuestra «factura» fiscal haciendo uso de diferentes capítulos y siempre dentro de los límites legales. En el caso de los trabajadores, si se puede cambiar sueldo en dinero por productos en especie, podemos analizar distintas opciones eligiendo aquellas que no tributan como la retribución en forma de acciones de la propia empresa (12.000 € al año según ciertas condiciones), vales o ticket restaurant con tope en 7,81 €/día, seguros de diversa índole (accidente laboral o responsabilidad civil), seguro de enfermedad incluyendo a los miembros de la familia por 500 € anuales por persona, cursos de formación, guarderías o la entrega de un ordenador junto a los programas y la conexión de internet. Amén de las dietas, demostrables, de viaje.
Caso de recibir una cantidad extra al final del año, conviene hacerlo en forma de «bonus» por dos o más años, de tal manera que integremos en nuestra base de la renta el 60% en lugar de su importe completo.
Tengamos en cuenta que la perspectiva de ahorro fiscal debe ser a largo plazo y no sólo en un período, por lo que estas pequeñas estrategias deben formar parte de una conciencia más amplia tendente a ahorrar impuestos de manera eficiente para el contribuyente, lo que libera recursos que revierten en la economía. Y nunca es tarde si se hace antes del 20 de enero de 2007 que es cuando se presentan las declaraciones de retenciones por parte de las empresas.