Es importante saber que el propio Rey de España, Juan Carlos I es consciente de la gravedad de la coyuntura económica que nos está tocando vivir actualmente, de modo que este decidió reunirse con los empresarios españoles en torno al Consejo Empresarial de Competitividad (CEC). Quiso transmitir a los empresarios más importantes de este país (Banco Santander, BBVA, Mercadona, Inditex, El Corte Inglés, Mango, etc) la necesidad de hacer un tremendo esfuerzo para apostar por la economía española y posibilitar en la medida que sus tasas de crecimiento empresarial le permitan crear empleo. Evidentemente no sólo hay que confiar a estas grandes empresas la contratación de trabajadores, la idea básica es que todos aquellos pequeños y medianos empresarios, el mayor porcentaje de creación de empleo se encuentra en este numeroso tejido empresarial, recojan también el guante lanzado por el monarca. Antes el gobierno deberá solucionar un gran problema, el definitivo saneamiento de los bancos, culminación del proceso de fusiones de los bancos y las cajas de ahorro. No se puede vacilar más en la resolución de este fundamental aspecto de la crisis económica española, sabemos que mientras no fluya el crédito no habrá de ninguna manera crecimiento y creación de empresas y de empleo.
El objetivo primordial del empresario es maximizar el beneficio de su empresa, para ello combinará trabajo y capital más innovación, si el entorno no es favorable, tanto en costes salariales totales como en coste de capital, lo que probablemente acometerá este empresario es paralizar sus inversiones, si pierde dinero despedir trabajadores o cerrar el negocio. El entorno internacional es también muy importante y necesario para nuestra economía y para nuestros empresarios y trabajadores. Si somos competitivos exportaremos más bienes y servicios, nuestro déficit exterior mejorará su dimensión y la balanza de pagos será otro espejo donde podrán mirar los inversores internacionales.
Si los parámetros legales y constitucionales, los fundamentales, la estabilidad social y la de la moneda, el euro, no son propicios para generar confianza en los inversores americanos, asiáticos, etc, no habrá manera de invitarlos a invertir en el mercado de bienes y servicios como en los mercados financieros y de capitales, esto se notará en los índices de bolsa de nuestro país, el IBEX 35, el índice más conocido. La desconfianza y el miedo inversor son razones psicológicas evidentes para retrasar, adelantar o ahuyentar determinadas decisiones de inversión, mobiliaria o inmobiliaria. A lo largo de nuestra opinión iremos desgranando las diferentes opiniones de los grandes maestros de la ciencia económica, Keynes, Hayek, Schumpeter, Friedman, incluso Marx y Engels.