Si tienes una empresa, de seguro sabrás que buena parte del éxito recogido en la actualidad, tiene que ver con la forma en la que has tratado a tus clientes en el pasado. Por este mismo motivo es que, a continuación, te vamos a enseñar algunos sencillos trucos con los que lograrás que todo el mundo esté contento con la atención que le brindas, vuelva, y así la compañía comience a funcionar como realmente debe.
Lo primero que debes considerar entonces, en este caso, es que la satisfacción de cada cliente depende de cada uno de ellos en cuanto a su forma de ser, y por eso es necesario que puedas adaptarse a todos los tipos de edad, sexo, y demás factores que hacen que cada persona busque algo distinto al acudir a tus servicios y productos.
Además, es sumamente importante que, por muy bien o mal que te vaya en tu vida personal, siempre dejes ese aspecto de tu realidad de lado cuando vayas a la empresa, sobre todo si tienes la misma instalada en tu casa. Sobran los ejemplos de PYMES, sobre todo, que se han caído a pique luego de que sucediera algún problema familiar grave.
Por otro lado, y por muy tonto que parezca, siempre debes saludar a tus clientes con un “buen día” muy claro, ya sea que el negocio esté lleno, o que sólo estén ustedes dos. En cualquiera de los casos, la persona que acaba de acudir, tiene que saber que es bien recibida, que usted se encuentra agradecido porque confíe en lo que puede ofrecerle, y que será atendido en breve.
También es importante, llegados a este punto, que nunca te pongas a hacer evaluaciones previas de los clientes de acuerdo a la apariencia. Está claro que más allá de aquellos dichos sobre el “cómo te ven te tratan, y si te ven mal te maltratan”, no hay lugar para ello dentro de una empresa, donde cada cliente quiere comprar, y por lo tanto cuenta.