Se ha vuelto un lugar común de los analistas financieros el nombrar a China, Brasil y la India como la nueva triada que controlará la economía mundial, y que por ahora fija los precios de los alimentos con sus impresionantes rentas extraordinarias y a un costo prohibitivo para el esto del planeta.
Sin embargo, un informe interno de los EEUU había demostrado que la escalada alcista en el precio de los alimentos tuvo un fuerte componente especulativo, impulsada por la emergencia de los biocombustibles, y las fotos que la prensa internacional filtra sobre China durante los juegos hablan sobre violentos contrastes que no se corresponden con ese milagroso crecimiento del 8% anual: miseria, una población temerosa de su gobierno y una aterradora depredación ambiental.
Ahora, desde la India, llega una declaración oficial que deja en entredicho la emergencia de una nueva clase media que daría nueva forma a la economia mundial. En una de las provincias más pobres de la India, Bihar, Vijay Prakash, responsable de la asistencia pública del estado, ha hecho una fuerte sugerencia a la población que consuman ratas para paliar la crisis alimentaria.
La ratas eran parte de la dieta habitual de los mushars, una de las castas inferiores de la fragmentada sociedad hindú, por lo que, añaden las autoridades indias, no debería ser un porblema que vuelvan a incorporarlas en el menú como alternativa al arroz.
La sugerencia tiene dos razones: la primera es incentivar a los más pobres a encontrar una solución creativa al hambre. La segunda, que con su consumo eviten que el 50% de las reservas de arroz (base alimentaria del país) sea devoradas por lo roedores.
¿Donde está Jonathan Swift cuando se le necesita?