Hoy día, parece que la oposición se ha convertido en la opción más recurrente de muchas personas dentro del mercado laboral actual. Sin embargo, una oposición no es un juego ni un entretenimiento de ocio. Es decir, se trata de una decisión muy seria que es fundamental meditar y valorar antes de iniciar este proceso. De lo contrario, cuando no se está convencido ni motivado, una oposición se convierte en una pérdida de tiempo.
Sin duda, para estudiar debes tomar la decisión en primera persona. Es decir, no te dejes influenciar por aquello que te digan tus amigos, familiares y demás conocidos. Desde fuera es muy fácil opinar, sin embargo, la felicidad depende de uno mismo. No debes preparar una oposición cuando no te sientes fuerte ni mentalmente ni físicamente. Además, también puede suceder que tengas un montón de cargas familiares y de obligaciones. En ese caso, no tendrás la tranquilidad anímica necesaria para estudiar con calma el temario. Y es que, también existen oposiciones que requieren más esfuerzo que otras.
En cambio… ¿Cuándo debes animarte a emprender esta aventura? Cuando tienes muchas ganas de tener un puesto fijo, o al menos, de intentarlo. Cuando crees en ti mismo, tienes confianza en tus posibilidades y sabes que podrás lograr este objetivo. Por otra parte, si has agotado otras alternativas de empleo y no has tenido suerte, puedes animarte a estudiar una oposición ya que lo más importante es aprovechar el tiempo teniendo el objetivo claro, marcado y definido.
Además, para preparar una oposición evita fijarte en los casos de aquellas personas que fracasaron en el intento y fíjate en aquellos que tuvieron suerte.
Imagen: Anpe Rioja