La pandemia ha traído consigo, además de la crisis sanitaria, una crisis económica que ha provocado que muchas familias tengan problemas para llegar a final de mes. También ha provocado que las gente se plantee nuevas fórmulas de ahorro pensando en el futuro. A esto se le suma la reforma del IRPF que se adecua a las medidas tributarias anunciadas en los Presupuestos Generales del Estado. En esta se contempla la modificación de las deducciones de las aportaciones a los planes de pensiones, se trate de un plan individual o de empresa.
Cambios en las aportaciones
Con esta nueva normativa, la aportación al plan de pensiones al año, no podrá ser superior a los 2.000 €, una importante rebaja en comparación a los 6.000 de antes, en beneficio de los planes de empleo, que pasan de los 8.000 a los 10.000 €. De esta forma, quien quiera sacar mayor provecho a un plan de jubilación, deberán hacerlo a través de su empresa.
Los cambios en la regulación han contribuido a generar ese sentimiento de inseguridad entre los trabajadores y líderes empresariales, ya que deja muchas dudas en el aire sobre cómo será la contribución pública a nuestra futura economía. Teniendo en cuenta este contexto, los planes de beneficios que ofrecen las empresas a sus empleados toman más importancia que nunca.
Según el informe “Tendencias en Beneficios Sociales 2021” elaborado por Cobee, especialistas en planes de beneficios, el 63 % de los encuestados reconoce tener interés en contar con planes de pensiones entre los beneficios ofertados por su empresa, afirmando la mitad de ellos haber visto incrementado su interés en este tipo de compensación en los últimos meses. Ante la nueva situación, este tipo de compensación ofertada por las empresas se propone como la mejor solución para aquellos que quieran sacar el máximo partido a su plan de jubilación, con un atractivo que reside en la sencillez y transparencia con la que se gestionan. Por ello, el 31 % de los empleados estaría dispuesto a invertir una media de 212 euros de su salario en el beneficio “plan de pensiones”, teniendo en cuenta que, además, la empresa doblaría esta cantidad.
Así, los últimos cambios en el sector dejan entrever una tendencia hacia los planes de empresa semiobligatorios, cuyo modelo es similar al impuesto en Reino Unido. Allí, desde 2012, se aplica el “automatic enrolment” como medida para garantizar una renta en la jubilación. Concretamente, se trata de un sistema de previsión social empresarial por el que los empresarios británicos están obligados a adhesionar automáticamente a sus empleados, que cumplan con unas condiciones determinadas mínimas (mayores de 22 años y con un salario superior a 10.000 libras), a algún plan o instrumento de pensiones. Una de las principales ventajas es que este es obligatorio para las empresas, pero opcional para los empleados. En España, organismos como Inverco, Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones, ya han apoyado este modelo.