Los buenos vendedores, por lo general, lo llegan a serlo por su basta experiencia. Sus éxitos se basan en la adquisición de técnicas de ventas.
Hoy mostraremos una técnica muy sencilla, que explicaremos a continuación.
Se apoya en tres puntos básicos:
-la demostración
-la exposición
-el remate
Los tres puntos son relevantes y se deben realizar en forma de eslabones para que la fórmula tenga éxito.
Entonces pasemos a desarrollar el concepto demostración: El producto a vender debe ser presentado ante el posible comprador. Siempre resaltando las cualidades del producto para que despierten el interés.
Sin llegar a magnificar de tal manera que el producto parezca irreal, pomposo. Dejándole al cliente desconfianza de la propuesta que se le hace, y considerando al vendedor poco serio. Perdiendo así el interés en el producto a comercializar.
No es lo mismo hablar del producto y exponer sobre él determinado artículo que presentar un producto en toda su dimensión y no exagerar.
Claro que también la medida en que se debe plasmar las cualidades del producto es una cuestión que se aprende por experiencia propia. La correcta presentación de las ventajas del producto es un elemento esencialmente positivo, que logra incrementar en gran porcentaje las ventas del producto.
Para simplificar la idea la demostración deberá incluir:
-producto
-bondades del mismo
-ventajas al adquirirlo
-sus pocos inconvenientes
En el último punto se refiere a que solo mencionaremos algunos pequeños inconvenientes para que parezcamos creíbles.
El segundo punto en esta técnica de venta es la exposición:
Mostrar el producto en su esplendor es altamente beneficioso. La misión es vender y al presentar el producto ante el comprador contundentemente aumentará el interés en adquirirlo. Mediante la exposición puede comprobar sus dimensiones y cualidades físicas así como también verificar que los datos ofrecidos por el vendedor son reales. El comprador alcanza a comprobar los defectos y esto le dará la seguridad de a que atenerse.
El tercer punto de la técnica es el remate:
Mientras el comprador aprecia la pieza, el vendedor aprovechará la confianza lograda para sugerir que el valor resulta conveniente ante el producto y que es buena la inversión. La inversión le reportara buenas ganancias.
El secreto de ser un buen vendedor es el lograr dominar toda la situación. Así con su seguridad convencerá al comprador de que el producto es indicado y se concreta la venta.