El poder de los lobbyes

censura

Queda demostrada la eficacia de los grupos de presión o lobbies a la hora de dirigir al poder legislativo merced a la influencia sobre el ejecutivo según han demostrado 200 personas que se dedican a la música. Incluso las barbaridades de alguien tan caduco en el sector como Au te, cuya presencia en Spotify supongo muy marginal, tienen amplio eco merced a su fama o la de sus compañías. Pretenden sostener una industria a base de formatos tan caducos como ellos pero están teniendo éxito ya que se han organizado alrededor de sus intereses, han identificado un enemigo difuso a partir de una denominación difusa como es la de pirata y además tienen línea directa con el poder.

Qué más quieres. La resistencia al cambio es algo normal en el ser humano y más si éste te perjudica claramente. Es lo que pasa, ni más ni menos. Lo de sostener que la música se acabará dentro de cinco años es una tontería tan grande como aquella que predijo que la MIR se estrellaría en París.

Si ante lo que se pretende hacer únicamente nos quedamos en el manifiesto expuesto en éste y muchos otros blogs entonces al final lograrán su objetivo llevándose por delante derechos fundamentales que están más en peligro que la música y camino de desaparecer como el talento de Au te y algún otro.

Frente al lobby hay que oponer otro lobby ya que el gobierno conoce el poder de la red pero no percibe el peligro de miles de personas rebotadas. Hay que hacérselo ver y para eso hay que organizarse primero y lanzar una buena campaña contraponiendo la libertad como expresión máxima de la democracia.

Al alba, al alba.

Foto | glaucoumbelino en flickr

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