En plena crisis económica, se tiende a pensar mucho en el futuro. Algo que genera miedo, incertidumbre y ansiedad. Sin embargo, lo importante en una empresa igual que en la propia vida es apostar por el presente, tomar las decisiones adecuadas ahora, valorar el nivel de una inversión y de cada opción.
De este modo, en la medida en que te concentras en el presente también mejora tu nivel de rendimiento y disminuyen las preocupaciones de forma gráfica. Como emprendedor, debes encontrar el equilibrio entre el pasado, el presente y el futuro.
Por una parte, en relación con el ayer, debes quedarte con esa motivación tan fuerte que siempre se tiene en los inicios ante un nuevo proyecto que surge con esperanza y fuerza de voluntad. Del mismo modo, debes acumular en tu mente todos los éxitos alcanzados. Y tomar cada error, como la mejor plataforma de aprendizaje de cara al futuro.
Por otra parte, el presente es tu oportunidad para mejorar tu negocio al cien por cien. Del mismo modo, cada trabajador debe esforzarse por implicarse y dar lo mejor de sí mismo en un proyecto. El único instante real es el ahora. Un ahora que en el mundo de la empresa debe venir de la mano de la creatividad, la innovación y la calidad.
Está claro que el futuro también tiene peso en la empresa. Es ese horizonte de futuro hacia el que llegar. Una meta que se quiere alcanzar de una forma asertiva. Esta es una de las razones por las que se deben realizar previsiones.
Pasado, presente y futuro se dan la mano en el ámbito de la vida pero también en el plano empresarial ya que la empresa es una entidad que evoluciona en positivo o en negativo.
Imagen: Grupo Barril