El mundo editorial está enfrentando crecientes amenazas financieras, según revela un informe reciente de Insight View. Las cifras sugieren que el 20% de las empresas editoriales de libros están ahora en un elevado o máximo riesgo de impago. Esta situación refleja un deterioro del 5% en comparación con el año anterior y un 6% en relación con los periodos previos a la pandemia.
Insight View ha detallado que las editoriales más prominentes se encuentran en Madrid, con un 29% del total, seguidas por Barcelona con un 21% y Valencia con un 8%. Sin embargo, al evaluar el riesgo de impago basado en localizaciones geográficas, algunas provincias superan la media nacional. Málaga encabeza la lista con un 28%, seguida por Madrid con un 23%, Bizkaia y A Coruña, ambas con un 21%. Por otro lado, Valencia muestra el mejor desempeño con un 16%, seguido de Alicante con un 18%, y Baleares, Sevilla y Barcelona, todas con cifras cercanas al 19% o 20%.
Un análisis demográfico de las editoriales revela que el 39% de ellas fueron establecidas en la última década. Es en este grupo reciente donde el riesgo financiero es más evidente: un alarmante 27% enfrenta un alto riesgo de impago, lo que representa un incremento del 8% respecto al año anterior. Las editoriales con una antigüedad de entre 10 y 25 años tienen un riesgo del 15%, un incremento de tres puntos porcentuales. Aquellas con más de 25 años de trayectoria presentan un riesgo del 16%, dos puntos porcentuales más que el año pasado.
A pesar de estos retos financieros, el análisis conjunto de las cuentas oficiales de las editoriales muestra un sector que ha demostrado una notable resiliencia. A lo largo del siglo XXI, han enfrentado cambios significativos, como la introducción de libros electrónicos y el auge de la impresión bajo demanda. Muchas editoriales han encontrado su ventaja competitiva especializándose en nichos de mercado específicos. Esta tendencia ha conducido a una atomización del sector: un significativo 78% de las editoriales son microempresas, y este número se eleva al 95% si se incluyen también a las pequeñas empresas.
En resumen, el sector editorial se encuentra en un momento de inflexión, con desafíos crecientes pero también con la capacidad demostrada de adaptarse y evolucionar en un mundo cambiante.