Mucha gente se pregunta cómo es que a pesar de bajar el precio oficial del dinero, es decir, el tipo de interés que marca el BCE sin embargo, el famoso Euribor sigue igual, baja menos que la referencia o incluso sube. Muy sencillo, entre bancos anda el juego.
El Euribor es el tipo de interés o precio que los bancos se cobran por el dinero que se prestan entre sí, como no se fían unos de otros (con razón) ese precio suele ser superior al oficial. Desconfían de sus colegas pero se lo cobran, también, a los prestatarios.
Pero hete aquí que además nuestros queridos banqueros no desperdician una oportunidad y sacan partido de todo. Las inyecciones de liquidez del BCE en realidad son subastas a corto plazo y además competitivas. El banco que necesita fondos acude al BCE y solicita «x» cantidad a «y» tipo sin saber, presuntamente, lo que subastan sus vecinos hasta que se agota la línea. Unos consiguen lo que quieren y otros no. Lo que suelen hacer las entidades es solicitar siempre una cantidad mayor de la que realmente necesitan para, y aquí está el truco, prestar posteriormente a los no afortunados (bancos, claro) a un tipo mayor del que les sirvió para ganar la subasta. Por eso sube el euribor aunque se inyecte liquidez a todo trapo o se bajen los parámetros oficiales.
De aquí se saca fácilmente la conclusión de que la medida del BCE de dar liquidez ilimitada a tipo fijo sea acertada puesto que elimina el componente especulativo del comportamiento explicado. Así sí bajará el Euribor, siempre y cuando estos caballeros empiecen a fiarse unos de otros. Que tampoco está tan claro.