Funcas: el sistema crediticio alimentó la crisis del ladrillo

A casi tres años del estallido de la crisis subprime, se vienen sucediendo los informes y análisis que desmienten las versiones que hablaban de nuestra crisis del ladrillo local como un fruto del efecto domino de la crisis mundial. Sí, hay mucho de la crisis subprime en la caída del negocio inmobiliario en la península, pero no por contagio, sino por imitación.

El abuso del crédito aceleró la caida inmobiliaria

Sí, el ladrillo español cayó por razones análogas a la crisis subprime de los Estados Unidos:
comdiciones laxas en la concesión de créditos, un aumento inmoderado de la actividad constructora y una excesiva exposición de los bancos.



El informe señala que en 1997
los bancos concedían 50.786 euros a un plazo de 19 años para comprar una casa. En 2007, la hipoteca media era de 149.000 euros y tenía un plazo de amortización de 28 años. Estas condiciones más blandas aumentaron exponencialmente las compras y las solicitudes de financiación de constructoras e inmobliarias (en el caso de las agencias se multiplicaron por 25).

El resultado: los precios de las casas aumentaron, los bancos buscaron financiación exterior para hacer frente a las demandas de recursos y el stock de pisos nuevos se elevó de manera incontrolada.

Un escenario al que sólo la ceguera especulativa impidió calificar como lo que era: una burbuja.

De modo que sí: la responsabilidad de la crisis local es muy local. A lo que cabe preguntarse: ¿Por qué los bancos siguen teniendo a las inmobiliarias en su número uno al conceder créditos?

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