Jerga económica y elecciones

diccionario.jpgEn época electoral no sólo nos cae encima una avalancha de ofertas cara a ganar el voto sino que se mezclan conceptos que en el caso de la economía pueden conllevar confusión, no sé si intencionada o no. Utilizar los datos para dar más verosimilitud al diágnostico de la situación o para proponer medidas correctoras suele ser el recurso primario de tal modo que a menudo se tergiversan o sesgan. La consecuencia inmediata es que no se contribuye a crear una educación económico-financiera que no sólo sirva para evaluar propuestas sino también para aplicarla en nuestro día a día.

Conviene combatir estas tendencias y malos usos del lenguaje por simple utilidad práctica y porque suele extenderse en la información que también nos llega más allá de estos períodos de campaña. Por lo tanto es muy útil el artículo de Guillermo de la Dehesa en El País explicando terminología económica e implicaciones directas e indirectas. Resulta, desde luego, muy recomendable.

Y, por último, me quedaría con que también debemos limpiar nuestro lenguaje para no usar inapropiadamente los términos dando a entender lo que no es. En definitiva, que nos suene mal en los oídos que se diga o escriba crack bursátil cuando en todo caso puede ser un desplome o derrumbe (crash en inglés).

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