La comunicación es fundamental en cualquier contexto de la vida, sin embargo, todavía es una meta pendiente en muchas empresas en las que no se ha alcanzado el ambiente adecuado de diálogo y de libertad en el que cada trabajador puede expresarse, dar sus ideas y sus opiniones.
Sin embargo, en más de una ocasión un trabajador ni siquiera se atreve a aportar sus propias ideas, sencillamente, porque sabe que ni siquiera serán tenidas en cuenta. De este modo, la desmotivación va en aumento. La asertividad es esa cualidad indispensable en las relaciones interpersonales. Implica aprender a decir las cosas de la forma adecuada, por ejemplo, siempre expresando las ideas y los sentimientos en primera persona y evitando cualquier posible ataque al otro (insultos o faltas de respeto).
La asertividad también es clave para aprender a recibir las críticas, es decir, a la hora de mejorar de los errores y de poder recibir algunas observaciones desde el punto de vista ajeno (algo clave dentro de un equipo). Hoy día, existen cursos de comunicación destinados a trabajadores en donde es posible aprender a poner en práctica la comunicación asertiva.
En ella, además, prima el diálogo, el uso de preguntas abiertas y no cerradas (porque dejan más margen a la respuesta del otro). El uso de elogios y mensajes de refuerzo para motivar a los empleados o a los compañeros de trabajo. Por supuesto, un jefe también necesita de dicha retroalimentación, es decir, de ese feed back perfecto a la hora de trabajar en un ambiente creativo y participativo. ¿Crees que trabajas en una empresa con un alto grado de asertividad en la comunicación? Se trata de un reto alcanzable, por tanto, anímate a poner tu granito de arena.
Imagen: Ciudad Podrida