La crisis de 2008 marcó un antes y un después en las entidades financieras. Ante la situación que se estaba viviendo, estas cambiaron su estrategia planteando nuevos retos con el objetivo de mejorar la experiencia de los clientes, a la vez que mejoraban su rentabilidad por medio de la digitalización. Con la pandemia, se incrementó el uso de estos canales digitales para realizar todo tipo de actividades bancarias.
El desarrollo de la digitalización financiera ha sido posible gracias a la disrupción de internet y al impacto de los dispositivos móviles entre los clientes/ usuarios y a la incorporación e implantación de plataformas, herramientas o aplicaciones de Big Data, IA, Machine Learning, Robótica, Conectividad, Blockchain, Cloud, Industria Inteligente 4.0, IoT, Edge Computing, Web.3 o al reciente Metaverso por parte de las entidades financieras.
La banca digital es parte de la banca abierta, opera 100% en línea, requiere la menor oficina o estructura física posible y funciona de manera similar a los bancos tradicionales bajo varios modelos operativos y marcos regulatorios. Sus actividades de servicios financieros están reguladas y, dependiendo del país, existen varias opciones de licencias regulatorias. El banco ofrece a los clientes más transparencia, más y mejor atención e información, y menos letra pequeña. Además, a diferencia de las fintech, sigue ofreciendo la posibilidad de acudir a una sucursal o a un cajero de forma presencial. Los usuarios recurren a esta forma de banca rápida y eficiente porque pueden controlar sus finanzas y optimizar su tiempo en cualquier transacción desde cualquier dispositivo. A nivel mundial, hay más de 400 bancos digitales independientes con una base de clientes combinada de más de 500 millones. Destacan Nubank en Brasil, Chime en EEUU, Revolut en Europa, N26 y Monzo.
En cuanto a las ventajas de la banca digital son innumerables, sobresalen: comunicación efectiva y transparente; atención y soporte a cualquier hora y en cualquier lugar; no existen barreras físicas; mantiene opciones presenciales; experiencia fácil, cómoda y segura; menos costes y comisiones; gestión más eficiente y rápida desde la app o web; facilidad de uso y ahorro a la hora de llevar a cabo transacciones desde cualquier dispositivo conectado a internet sin tener que desplazarse a la oficina; programar las transferencias.
En cuanto a las desventajas de la digitalización, aparece la desconfianza de los usuarios al no estar familiarizados con manejo de las nuevas tecnologías. Otros inconvenientes son las relaciones, estas pueden debilitarse y hacerse menos estables y, por último, el incremento de estafadores que aprovechan el desconocimiento de los clientes para trasladarlos a otras páginas. El fraude es uno de los principales riesgos que asumen las compañías del sector bancario y financiero dada la naturaleza de su funcionamiento. Según GDS Modellica, “una buena política de gestión de riesgos requiere de tres cuestiones: los mejores datos posibles, realizar análisis de predicción para anticiparse a los riesgos y gestionar las decisiones con antelación. En GDS Modellica proporcionamos software, análisis decisionales y técnicas de aprendizaje automático para gestionar el riesgo, combatir el fraude y construir relaciones rentables entre las empresas y sus clientes».
La banca tradicional y digital tienen como objetivo principal ofrecer servicios financieros a sus clientes; la digital está ganando más peso dentro del mercado financiero al captar más clientes y más cuota de mercado. Los bancos digitales se han abierto un hueco, no solo como una alternativa a la banca tradicional, sino como la opción favorita de muchos clientes a la hora de manejar sus finanzas. El ahorro de costes/tiempo y el incremento en la seguridad en cuanto a hackeos y robos es determinante a la hora de atraer usuarios a este tipo de banca. Por su parte, los bancos tradicionales se han percatado de que tienen un gran competidor y que representan una potencial amenaza para su propia supervivencia, por lo que han comenzado a ofrecer también sus servicios en línea y optado por sus propios bancos digitales, eligiendo en la mayoría de los casos crear una nueva entidad que nazca 100% digital, en lugar de transformar digitalmente el banco original. La resiliencia de la banca en el actual ecosistema financiero es imprescindible para seguir existiendo y ser rentables. Así lo afirma GDS Modellica «Los retos y desafíos de la banca tradicional pasan por encontrar esos nichos de mercados y recovecos donde competir y pervivir. Han de hacerse fuerte y eficiente en lo que saben hacer: ofrecer servicios cercanos y una atención personal y presencial, en especial, a aquellos sectores de población con dificultad de acceso a las competencias digitales, como pueden ser las zonas de baja densidad o menos poblada y los colectivos más vulnerables por edad. Su razón de ser en un futuro pasa por aprovechar las brechas o fisuras para fortalecerse y seguir subsistiendo».