El trabajo tiene la capacidad de sumarte calidad de vida o también de quitártela. Pensando en positivo, un empleo te otorga calidad y posibilidades de tener un nivel de bienestar elevado cuando puedes tener un buen sueldo con el que hacer frente a los gastos, disfrutar del ocio y sacar a la familia adelante. Pero la calidad de vida va más allá de lo económico.
Lo mejor que te puede pasar es tener un trabajo en el que, cuando suena el despertador a primera hora de la mañana, te sientas contento por tener la oportunidad de ir al trabajo. En cambio, muchas personas sienten un gran peso y sufrimiento a la hora de ir a la oficina porque hay un mal ambiente entre los compañeros, tienen un jefe con poca empatía, existe exceso de presión (prima el rendimiento por encima del bienestar del trabajador).
El trabajo está tan vinculado con el bienestar y con la felicidad de una persona que por eso, merece la pena que te animes a dejar un empleo que no te hace feliz. Descubre los síntomas de un trabajo que te otorga calidad de vida:
1. En primer lugar, te sientes libre en vez de esclavo en la oficina. Muchas personas se sienten encerradas en una situación de la que no saben cómo salir.
2. Del mismo modo, no piensas en abandonar ese empleo. Al revés, te gustaría que durara siempre.
3. Disfrutas cada momento y tienes pensamiento positivo. Por el contrario, cuando no te sientes bien en el puesto de trabajo, experimentas malestar, ansiedad y tristeza.
La calidad de vista es fuente de bienestar y de salud.
Imagen: Karla Bayli