No todo en la vida es el producto, sino los servicios que se pueden ofrecer y su mantenimiento.
El ejemplo más típico es el de las impresoras donde el negocio está en la venta de cartuchos y no en la venta de impresoras en sí.
El mismo ejemplo lo podemos traslada a Sony la cual todos sabemos que pierde dinero con su famosa PlayStation3.
La consola tiene un coste fabricación mayor al precio con el que se vende en el mercado.
Pero ¿por qué no se aumenta el precio? Sencillo.
La empresa pretende esa inversión en forma de ciertos porcentajes a las editoras por las ventas de juegos, los famosos «royalties».
Un último informe indica que pese a lanzar el modelo slim (de menor coste de fabricación) la empresa japonesa sigue perdiendo dinero. Su coste es de 336 dólares y se vende a 299 en Estados Unidos y 318 dólares en Japón.
Claro, de una forma u otra se desquitan … es así que en Europa la consola vale 438 dólares y en América Latina llega a los 500 dólares.
En estos lugares si es redituable por si sóla.
Es por eso que el propio estudio conlcuye «Si tenemos en cuenta todos estos factores, Sony está cerca del punto de inflexión para obtener beneficios.»
Sin dudas, los japoneses no son tontons y no van a estar haciendo caridad con sus consolas …
