Uno de los puntos más interesantes de ese curso de negocios 2.0 que es The Social Network (La Red Social) es la manera en que entiende y desarrolla el concepto de inversor.
En la cinta, Zuckerberg Eduardo Saverin con una dupla perfecta: Zuckerberg pone el talento y Saverin el dinero. Ambos estudiantes de Harvard se han visto envueltos en un par de sitios cuyo mayor éxito ha sido tirar la red de su Universidad por congestión de los servidores. Tras robar la idea de dos atletas, Zuckerberg decide desarrollar un sitio de socialización de la información personal, donde cada cuaseal sepa lo que sus amigos quieren y en particular si están o no disponibles sentimentalmente: The Facebook.
Saverin, como inversor, pone en un primer lugar 1.000 dólares, y una vez que la idea se expande otros 18.000.
Apocado y cauteloso (como todo inversor en solitario), Saverin se ve desplazado por el creador de Napster: Sean Parker, el genio que logró derribar el sistema de venta de la música sin ganar un centavo por ello y cuya principal contribución al proyecto fue eliminar el «The» de su nombre. Sean ve en Facebook la oportunidad de recuperar un estilo de vida que otrora perteneció a los ejecutivos de las disqueras (a quienes también despojó de ello). Presa del pánico ante lo que ve como un desastre, Saverin congela los fondos de Facebook, pero los libera ante a promesa de Zuckerberg de que todo irá sobre ruedas.
A diferencia de Saverin, Parker conoce a todo el mundo, y consigue la millonaria intervención de un grupo de angel investors. Lo primero que el nuevo CEO de Facebook hace es hacerse con la firma de Saverin en un contrato que disuelve sus participaciones en la empresa. Parker le entrega sus 19.000 dólares en mano.
Aunque Saverin fue indemnizado por una cantidad imprecisa, pero seguramente impresionante, queda para la historia como el primer ejemplo de lo que los inversores son para los genios del web 2.0: vacas que se exprimen en aras de la lealtad y que se dejan de lado en cuanto su inestabilidad y un mejor postor se otean en el horizonte.