Eso de que todo puede salir gratis no vale ni en la vida ni, por supuesto, en la economía. Pensar que las bajadas de impuestos tienen efectos benéficos inmediatos tampoco. Si se bajan impuestos, y más en época de crisis, es a cambio de ingresar por otro lado más oscuro, léase multas, o bien a través de reducciones de gastos. Esta argumentación tan clara parece diluirse en cuanto se dice «menos impuestos» seguramente porque no se coteja con «menos escuela pública», por ejemplo.
Y sin embargo es así. Madrid es la Comunidad en la que más se está aplicando el ideario lberal sólo que sin decirlo claramente, como haría un buen anglosajón, y encima disfrazándolo. Se construyen hospitales pero su gestión se encomienda al sector privado, se bajan impuestos demagógicamente pero se abandona la escuela pública a su suerte mientras se potencia la concertada.
El ahorro impositivo de la bajada madrileña es de 158 euros para 505.000 personas lo que equivale a 80 millones de euros mientras se detrae el 6% de recursos de la educación pública y no para ahorralo que sería la genuina receta neoliberal hacia sino para atender la agenda oculta neoliberal de favorecer al sector privado con fondos públicos.
Además se vende esta medida como favorecedora de los mileuristas cuando va encaminada a las familias con dos o más hijos que ganen menos de 24.000 euros al año. Es decir, el target que más demanda educación concertada y, por tanto, objetivo electoral.
Ya sólo falta que digan que la llegada de Rato a Caja Madrid es para despolitizarla…
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