La iniciativa del Gobierno en cuanto a fomentar la opción por el alquiler de viviendas ha tomado forma mediante varias medidas multidireccionales que pretenden incidir en los diferentes agentes intervinientes. Por un lado, otorgando ayudas de 210 euros para jóvenes de 22 a 30 años y rentas inferiores a 22.000 euros al año. A lo que hay que sumar la deducción vía impuestos para las familias arrendadoras. Se estimula así la demanda tras demasiados años de predicar pero no dar trigo.
Sin embargo, faltaba operar sobre la otra variable interviniente en cualquier mercado, es decir, la oferta. Entendida ésta como la suma del ámbito privado y mayoritario (con el 86% del parque en sus manos), cabe añadir, más la esfera mercantil. Para que los particulares sean más proclives a sacar su casa en alquiler se añaden ayudas de 6.000 euros para todas las casas vacías y se endurecen las normas contra los morosos.
Respecto a las empresas, se extienden los beneficios fiscales para sociedades y fondos de inversión siempre que promuevan VPO pudiendo acogerse a una tributación del 1% en el Impuesto de Sociedades y permitiéndoseles recabar financiación hasta el 80%. Interesantes novedades.
No obstante, tengamos en cuenta que el mercado de la vivienda gira despacio y que estas medidas tardarán en producir efectos lo cual no quiere decir que no puedan ser acertadas y efectivas. En todo caso la idea del Gobierno de apostar por el alquiler como alternativa posible a la compra requería de medidas tan contundentes como estas. Esperemos que no hayan llegado tarde.
Vía: cincodias.