Menos trabajo, más barato

Durante la conferencia “Los desafíos del crecimiento, el empleo y la cohesión social” presentada la semana pasada por la Organización Mundial del trabajo (OIT) en Oslo, Noruega, representantes de esta organización advirtieron sobre la faz que adquiere la ya prolongada Crisis Mundial, un ominoso rostro hecho de paro y empleo precario.

Según cifras de la OIT, hay en el mundo 210 millones de desempleados. Una cifra que sólo es «la punta del iceberg«, pues no sólo vivimos el momento de mayor desempleo en la historia: el empleo existente adquiere tintes evanescentes. Cuando no es precario, es mal pagado y en horarios de medio tiempo.

OIT

El resultado más pronunciado de la crisis parece salido de la mente de un conspiranoico: las empresas han comenzado a crecer a un ritmo sostenido, con ganancias nuevamente millonarias, pero sin que ello signifique una recuperación de los puestos de trabajo perdidos durante la debacle. En realidad, y en nombre de sanear sus finanzas, las empresas, cada vez e mayor número, siguen una tendencia única: abaratan el empleo, adelgazan las prestaciones y demandan a los gobiernos de sus países la eliminación de las condiciones básicas de seguridad social y jubilación.

La OIT señala que el 80% de la planta mundial de trabajadores carece de las prestaciones mínimas de salud.

Fuente | La Jornada

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