El rubro es altamente disputado, pero el ganador es indiscutible (aunque sólo lo es porque Lehman Bros y Bear Stearns no son, en realidad, bancos): Fred Goodwin, CEO (hasta octubre pasado) del Royal Bank of Scotland, llamado «Fred the Shred» por su tendencia a cortar costos y empleos, y a la larga el banquero que más hizo en el sistema financiero internacional por pasar el costo al público, accionistas y gobierno.
Nombrado en el 2000, convirtió al Royal Bank of Scotland en una banca internacional que llegó a ser el más grande de Inglaterra y líder en Europa, con base en una política de fusiones y compras. En 2004 fue nombrado Caballero (Sir) por sus altos servicios financieros.
Decidido a dar un golpe de efecto (el mayor de los males de un CEO), en el 2006 Fred inició la construcción de una nueva sede para el Royal Bank en Connecticut, por un costo de 500 millones de dólares. El faraónico proyecto puede ser alquilado por cualquier interesado actualmente.
Su compulción compradora lo llevó a superarse a sí mismo al pagar 10.3 billones de dólares por el Charter-One Financial, un banco de Cleveland (EE UU), y unirse a Santander y Fortis en la histórica compra del banco aleman ABN Amro por 101 billones de dólares; operación alabada por Merrill Lynch como una de las más espectaculares de la historia financiera… y realizada en Noviembre del 2007, cuando las señales de la contracción económica eran evidentes. Aunque no para Fred Goodwin.
Además de confundir el shopping con el crecimiento, Fred convirtió al Royal Bank of Scotland en el mayor prestamista de Europa en el 2008… con pésimos controles de crédito y comprometiendo cantidades superiores a los depósitos del banco en los mercados de inversión. Su banco calificaba entre los de cobertura más débil ante un cambio de dirección en los caprichosos vientos del mercado.
En Febrero del 2008, ante las primeras nubes de tormenta, declaró que el RBS no tenía intención de capitalizar a través de sus inversores, pero en junio lanzó a la venta 12.3 billones en shares (cerca de 20 billones de libras esterlinas), con un descuento significativo, y el resultado fue un desplome absoluto. Finalmente, el gobierno inglés tomó el contral del banco ante la negativa de los accionistas a recibir participaciones con más de un 65% de descuento.
Entre Marzo del 2007 y este momento, el Royal Bank of Scotland perdió el 91% de su valor, gracias a la visión y la férrea mano del Peor Banquero del Mundo, Fred Goodwin.
Fuente | Slate